viernes, 24 de octubre de 2008

¿Existe el Infierno?

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¿Existe el Infierno? — ¿Qué dice el Antiguo Testamento?
¿Existe el Infierno? Una perspectiva global y apropiada de la Biblia, incluye un verdadero, eterno y físico infierno. ¿Qué crees tú?

Resulta interesante descubrir que existen más versículos bíblicos acerca del infierno, que los que existen acerca del cielo. He aquí algunos versículos del Antiguo Testamento sobre el infierno. Daniel 12:2 revela: “Y del polvo de la tierra se levantarán las multitudes de los que duermen, algunos de ellos para vivir por siempre, pero otros para quedar en la vergüenza y en la confusión perpetuas” El infierno es descrito aquí como eterno. Isaías 66:24 declara: “Entonces saldrán y contemplarán los cadáveres de los que se rebelaron contra mí. ‘Porque no morirá el gusano que los devora, ni se apagará el fuego que los consume:¡repulsivos serán a toda la humanidad!’”. En esta escritura, el infierno es descrito como un lugar donde el fuego no se apaga. Deuteronomio 32:22 enmarca al infierno como un lugar donde Dios derrama su ira: “Se ha encendido el fuego de mi ira, que quema hasta lo profundo del abismo. Devorará la tierra y sus cosechas, y consumirá la raíz de las montañas”. Salmos 55:15 ilustra al infierno como el reino de la maldad: “¡Que sorprenda la muerte a mis enemigos! ¡Que caigan vivos al *sepulcro, pues en ellos habita la maldad!”.

¿Existe el Infierno? — ¿Qué dice el Nuevo Testamento?
¿Existe el infierno? Si la clara enseñanza del Antiguo Testamento no es suficiente, el Nuevo Testamento tiene mucho más que decir. 2 Tesalonicenses 1:9 nos muestra: “Ellos sufrirán el castigo de la destrucción eterna, lejos de la presencia del Señor y de la majestad de su poder”. Apocalipsis 14:10-11, habla del anticristo, enseñándonos: “Beberá también el vino del furor de Dios, que en la copa de su ira está puro, no diluido. Será atormentado con fuego y azufre, en presencia de los santos ángeles y del Cordero. El humo de ese tormento sube por los siglos de los siglos. No habrá descanso ni de día ni de noche para el que adore a la bestia y su imagen, ni para quien se deje poner la marca de su nombre”. El infierno es un lago de fuego ardiente, como lo describe Apocalipsis 20:14-15: “La muerte y el infierno fueron arrojados al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda. Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego”.

¿Existe el Infierno? — ¿Qué dijo Jesús?
Aquellos que argumentan que el infierno no existe, lo hacen basados en su creencia de que Jesús enseñó amor, paz y perdón y que no enseñó acerca de un lugar eterno de ardiente castigo para los no creyentes. Sin embargo, la verdad es exactamente lo opuesto. Jesús enseñó acerca del infierno como nadie lo hizo en la Palabra de Dios. Jesús describió al infierno como un fuego que nunca se apagará (Mateo 3:12), un lugar de fuego eterno (Mateo 25:41), castigo eterno (Mateo 25:46) y como un lugar de tormento, fuego y sufrimiento (Lucas 16:23:24). Jesús enseñó específicamente acerca del infierno, muchas veces en su ministerio (Mateo 5:22, 29-30; 10:28; 18:9; 23:15,33; Marcos 9:43-47; Lucas 12:6; 16:23).

¿Existe el Infierno? — ¿De qué manera es justa una eternidad en el Infierno?
Si el infierno existe, ¿Cómo puede ser justo? ¿Por qué un Dios amoroso castiga a una persona por la eternidad, cuando sus pecados solo ocurrieron durante 70 u 80 años? La respuesta es que todo pecado finalmente está en contra de Dios, que es infinito (Salmos 51:4). Por lo tanto, como Dios es un ser eterno e infinito, todo pecado es merecedor de un castigo infinito.

Sí, Dios nos ama (Juan 3:16) y quiere que todos sean salvos (2 Pedro 3.9). Sin embargo, Dios es también justo y recto; él no deja al pecado sin castigo. Por eso, Dios envió a Jesús para que pague el precio por nuestros pecados. La muerte de Jesucristo fue una muerte infinita, para pagar nuestra deuda infinita de pecado, para que no tengamos que pagarlo en el infierno por la eternidad (2 Corintios 5:21). Todo lo que tenemos que hacer es colocar nuestra fe en Él y seremos perdonados y se nos promete un hogar eterno en el cielo. Dios nos amó tanto que nos otorgó la salvación. Si rechazamos su regalo de vida eterna a través del Señor Jesucristo, nos enfrentaremos a las consecuencias eternas de esa decisión: una eternidad en el ardiente infierno.

Si fueras a morir hoy, ¿estás cien por ciento seguro de que irás al cielo? ¡Asegúrate de ello hoy! (http://www.allaboutworldview.org)